Para obtener un producto textil de calidad, es esencial realizar un proceso de preparación y blanqueo del tejido que garantice una base sólida para las etapas productivas posteriores.
Por este motivo, nuestro enfoque incluye siempre las siguientes etapas fundamentales:
Cepillado: Eliminamos impurezas superficiales del tejido para asegurar una textura suave y uniforme.
Chamuscado: Quemamos las fibras superficiales para obtener una superficie limpia y libre de pelusas.
Blanqueo: Aclaramos el tejido para lograr una base neutra, ideal para el posterior teñido y acabado.
Estos pasos son cruciales para garantizar la excelencia y durabilidad de nuestros productos textiles.